Ultimátum by Keanu

Hollywood sigue haciendo remakes, hecho que siempre recordaré en cada post que escriba. Aquí tenemos otro más: Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still), clásico de la ciencia ficción de los años cincuenta. En el contexto de la Guerra Fría, se propuso alertar a los ciudadanos de los peligros del comunismo por medio de esta película, en el contexto de la Guerra Fría. La amenaza extraterreste se proponía terminar con la vida cotidiana de los americanos, al igual que el comunismo.

La versión moderna ya no pretende estas metas, aunque no parece casualidad que se estrene esta película justo cuando estamos inmersos en una crisis económica mundial. Ha sido difícil despegar de la cinta el cierto tufillo político, pero seguidamente comentaré detalles que sí nos importan.

La cinta que nos ocupa sigue fielmente el largometraje original, simplemente se le ha añadido más efectos especiales, nuevos actores y mucho movimiento militar. ¿Es realmente necesario el remake? Pues, la verdad es que no.

Keanu Reeves , Jennifer Connelly son los principales reclamos de la cinta, junto con un Jaden Smith (hijo de Will Smith) prescindible. Keanu se disfraza de Neo para encarnar a este visitante, Jennifer como siempre magnífica y Jaden Smith apunta maneras como actor ....

La pega del film es el nudo y el desenlace de la historia. La introducción, magnífica (ningún mérito, pues es un remake) pero, un vez planteado, qué hacemos. Un exceso de escenas con Keanu Reeves en primer plano, amenazando a todo el que puede y de mensajes sobre el cambio climático cada dos o tres escenas. Todo esto a un año de que se discuta el protocolo que sustituirá al de Kioto para la disminución de la emisiones de gases invernadero. Un despropósito...

En el aspecto técnico, son destacables los efectos especiales en las contadas escenas de acción de la película, sobre todo las relativas al humanoide robótico. También, incluidas unas escenas catastróficas al estilo " El Día de Mañana" y una dosis de fuerza del ejército americano.

En resumen, la película esta distraída y sería muy recomendable su visionado para ecologistas, fans de Roland Emmerich y espectadores descarriados por la deplorable cartelera navideña, (entre los que me incluyo).