miércoles, 26 de septiembre de 2007

Mucha laca

Que el musical vive un renacer es algo indudable. El éxito de Moulin Rouge y Chicago fue un gran incentivo para el resurgir de un género que parecía abocado al olvido pero que ha logrado colarse de nuevo en el cine comercial. Y prueba de ello son las múltiples películas del género que aparecen a lo largo del año (incluso en el cine español).

Hairspray nos llega desde Hollywood precedida de excelentes críticas, algunas calificándola como la mejor película del año. Sin duda esto predispone al público a esperar más de lo que la cinta ofrece, por lo que al verla traté de ignorar todo eso. E hice bien porque de haber esperado algo para la historia del cine habría salido muy decepcionado.

Sin embargo, lo que encontré en este remake del filme de John Waters fue una película muy entretenida, que se ve de un tirón, plagada de buenas canciones (casi no hay tiempo para el diálogo entre tantas) y que te deja un buen sabor de boca al abandonar la sala. Sin duda cumple todas las expectativas de un buen entretenimiento, pero no las cinematográficas.


La historia es bastante predecible y la dirección, a cargo del coreógrafo Adam Shankman (artífice de bodrios como Doce fuera de casa y Un canguro superduro), supera anteriores trabajos suyos pero no deja de ser bastante plana, desaprovechando las posibilidades de los números musicales. Los actores están bastante bien (aunque Michelle Pfeiffer no parece estar muy cómoda), incluido John Travolta, que interpreta perfectamente a la madre de la protagonista, pero aún así resulta imposible olvidar que es él quien se oculta bajo las capas de látex.

En definitiva, Hairspray es la mejor opción para pasar un buen rato (algo difícil de encontrar en la cartelera actual) pero sin esperar de ella más que eso, que ya es bastante. Don't stop the beat!

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