Promesas Cumplidas

Si con Una historia de Violencia David Croenenberg nos demostraba que podía hacer una buena película incluso dejando de lado el elemento fantástico que siempre ha caracterizado su filmografía, en Promesas del Este el director nos deja claro que aquello no fue una casualidad y nos regala un estupendo thriller que supera al anterior.

Promesas del Este es una película dura para muchos espectadores. Y no porque la violencia sea excesiva (ya que, como indicó Viggo Mortensen, si contamos todos los que mueren en esta película y en Una historia de Violencia juntos, siguen siendo menos que los que mueren por ejemplo en Infiltrados) sino porque se nos muestra de una forma natural, con un realismo tal que parece que las escenas nos sean escupidas a la cara. La ausencia de música durante buena parte del metraje ayuda a ese realismo aunque, cuando suena, la magnífica partitura de Howard Shore (Infiltrados, El Señor de los Anillos) logra momentos de gran emotividad.

La dirección de Croenenberg consigue crear un tempo tranquilo pero sin aburrir, dejándonos saborear la historia poco a poco. Una historia que no es especialmente original pero que está llena de personajes memorables y tiene un final excelente. Y no hay duda de que algunas escenas se quedan grabadas en la memoria del espectador, especialmente la desgarradora pelea en los baños turcos, sin duda la mejor escena del filme.

En cuanto a los actores, Viggo Mortensen vuelve a encarnar a un personaje hasta el extremo, haciéndome preguntarme por qué diablos no le han nominado aún a un Oscar. El resto de secundarios cumple bastante bien, en especial el inquietante Armin Mueller-Stahl. Sin embargo, Naomi Watts no parece encajar dentro de la película y su personaje no logra apenas alcanzar nuestro interés.

En definitiva, una de las mejores películas en este año lleno de decepciones y que nos abre el apetito para los próximos estrenos, ya alejados de los blockbusters veraniegos y más de cara a los premios de la academia.