Los que conocemos a Terry Gilliam sabemos que tras esos ángulos de cámara aberrantes y planos imposibles se esconde una portentosa imaginación, y es ésta un tema recurrente en sus películas (como Brazil). También un surrealismo heredado sin duda de su etapa en los geniales Monty Python. La última película de Gilliam, Tideland, aparece ahora en una (estupenda) edición en DVD, a pesar de que la película es de 2005. El hecho de que haya pasado tan desapercibida es porque se trata de un film tremendamente alejado de los cánones comerciales, y se coloca dentro de ese tipo de cine que puedes odiar o querer, sólo depende de que te dejes llevar por la historia.
Una historia cuanto menos curiosa la que nos cuenta Gilliam, la de una especie de Alicia, la niña Jeliza-Rose (interpretada por la prometedora actriz Jodelle Ferland, a la que pudimos ver en Silent Hill) que se crea su propio País de las Maravillas, aunque lo que realmente suceda a su alrededor sea más bien el País de las Pesadillas.... Sus padres son yonkis y, tras la muerte de su madre, Jeliza y su padre (un divertido Jeff Bridges) se trasladan a una casa en medio de un extenso campo de maiz. Y eso no es más que el comienzo de una historia plagada de situaciones que, vistas desde la perspectiva de un adulto, transgreden límites morales (y legales) pero, si logramos adentrarnos en la mente inocente de la niña, podemos disfrutar del viaje que nos propone Gilliam.
En cuanto a la dirección, el ex-Monty Python demuestra una vez más su buen hacer tras las cámaras, como hace siempre, aunque sea en historias regulares como Los Hermanos Grimm, su anterior film, mucho más comercial, que rodó durante una pausa en el rodaje de Tideland para conseguir fondos para acabar la película.
La fotografía es excelente, tanto en los luminosos exteriores como en el interior de la casa, y la música de Jeff y Michael Danna (éste último el compositor de Pequeña Miss Sunshine) captura muy bien el espíritu del film.
El ritmo de la película es bastante lento, pero sin llegar a decaer en ningún instante, y la total incertidumbre sobre qué va a pasar a continuación (al estar la historia tan fuera de lo habitual) consigue atrapar al espectador mientras cae en la madriguera de conejo.
En definitiva, que aunque no sea un filme para todos los gustos (ni falta que le hace) la recomiendo sin duda, y guardo mi pluma esperando ver más proyectos de Gilliam.
miércoles, 16 de abril de 2008
Entrando en la madriguera de conejo
Escribeteado por nomecopies a las 21:50
Etiquetajos Cine, Críticas, nomecopies
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3 comentarios:
Sí eso, que tienes pluma, ejem, digo... La peli fue una de las cosas más surrealistas que he visto nunca. Llegas a un momento que no sabes donde estás y por qué pasa lo que pasa. Pero te acostumbras a como ve la niña el mundo (aunque algunas cosas me desconcertaron, "ouh, nena"). En fin, una de esas pelis que no creo que olvide nunca :3
Besis!
PD: por cierto, a ver si un día haces un post dedicado a este director, que te he visto con las ganas (silvido, silvido)
Habrá que verla.(Me obligarás seguro a verla con el tiempo , así que no tengo elección).
Es película surrealista es condición necesaria para que te guste en verdad xD. Si es la mitad de buena que big fish, me alegraré de verla jejeje
sti deacuerdo con octif, es probable q sea un segundo big fish (q x cierto no staba nada mal , inkluso hasta lloré, cosa k no hacia dsd k exaban "sorpresa sorpresa") pero si a nomecopies le ha gustao, lo k el dice va a misa, eso si la misa de los ateos a las k vamos muxos jajaja
Enfin la veré, saludos!!!!
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